La tensión en la sala era palpable cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abordó la urgente cuestión de la soberanía israelí en Judea y Samaria el martes por la noche.
“Probablemente haremos un anuncio sobre ese tema muy específico en las próximas cuatro semanas”, respondió Trump mientras estaba junto al primer ministro Benjamin Netanyahu durante una intensa conferencia de prensa en la Casa Blanca.
“Estamos discutiendo eso con muchos de sus representantes. Están muy bien representados”, señaló, antes de agregar: “A la gente le gusta la idea, pero aún no hemos tomado una posición al respecto”.
Durante el primer mandato de Trump, su administración había alterado radicalmente la postura de Estados Unidos sobre el tema. En 2019, el entonces secretario de Estado Mike Pompeo anunció que los asentamientos israelíes en Judea y Samaria ya no se considerarían violaciones del derecho internacional. El ambicioso plan de Paz para la Prosperidad de Trump para 2020 fue aún más lejos, al proponer permitir que Israel anexara partes de su territorio por derecho de nacimiento.
Aunque los líderes árabes rechazaron la propuesta de plano y los planes de anexión se suspendieron posteriormente debido a los Acuerdos de Abraham de 2020, las políticas de Trump habían hecho más para legitimar el control israelí sobre el área que cualquier administración estadounidense anterior.
El gobernador del Consejo de Samaria, Yossi Dagan, elogió las declaraciones “claras y conmovedoras” del presidente al enmarcar la situación en claros términos morales y enfatizar la importancia estratégica de la región para la seguridad de Israel.
“El mundo está dividido en dos bandos: el bueno y el malo, y Trump ha elegido el lado correcto de la historia”, afirmó Dagan. “Este es un momento excepcional en el que tenemos que dar pasos históricos. Fortalezco y apoyo al Primer Ministro Benjamin Netanyahu y a los ministros del gobierno, y los insto a anunciar la aplicación de la soberanía en Judea y Samaria en los próximos días”.
Sin embargo, funcionarios de la coalición israelí dijeron al Jerusalem Post que Netanyahu podría estar dispuesto a renunciar a los planes de anexión con tal de alcanzar un tentador acuerdo de paz con Arabia Saudita. Aunque Arabia Saudita insiste en que el establecimiento de un Estado palestino debe incluirse en cualquier acuerdo de ese tipo, Haaretz informa que el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman podría conformarse con un lenguaje vago sobre un camino hacia la condición de Estado para asegurar el apoyo político y religioso interno al acuerdo.
