Por primera vez en meses, los funcionarios de defensa israelíes ven una oportunidad real de lograr un acuerdo sobre rehenes con Hamás. Frente a una intensa presión pero sin estar dispuesto a rendirse por completo, Hamás parece haber cambiado su postura y mostrado interés en las negociaciones. Este posible acuerdo podría incluir un alto el fuego de 42 días en su etapa inicial, durante el cual se liberaría a varios rehenes sin declarar formalmente el fin del conflicto de Gaza.
Mientras tanto, también se están logrando avances en un posible alto el fuego en el Líbano. Un plan mediado por Estados Unidos prevé que Hezbolá se retire gradualmente al norte del río Litani mientras el Ejército libanés asume el control sobre el sur del Líbano. El enviado estadounidense Amos Hochstein ha estado en contacto con funcionarios israelíes y libaneses, informando de avances en estas conversaciones. Si el acuerdo se materializa, el Ejército libanés tendría la tarea de impedir el restablecimiento de Hezbolá en el sur. Israel, sin embargo, se reserva el derecho de actuar contra amenazas inminentes o de notificar al ejército libanés a través de los Estados Unidos si Hezbolá intenta reconstruirse.
En virtud del acuerdo, los civiles libaneses desplazados podrían regresar a sus aldeas del sur, sin que se haya previsto una zona de seguridad israelí en la zona. Si bien es probable que la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU (FPNUL) permanezca, Israel no la considera fundamental para garantizar la eliminación de Hezbolá, y enfatiza su disposición a actuar directamente si es necesario. Ambas vías señalan un momento potencialmente crucial para Israel, que equilibrará las delicadas negociaciones con las inquebrantables prioridades de defensa.