Por Gabriel Ben-Tasgal
En esta cuarta entrega, Gabriel Ben-Tasgal dedica varias de sus preguntas y respuestas a la importante temática de Sionismo. ¿Es el sionismo parte de la religión judía?, ¿El sionismo es una creación de los judíos o de los no judíos?, ¿Judaísmo es sionismo?, ¿todos los judíos son sionistas, o debieran serlo?. Como se imaginarán, el término Sionismo ha sido interpretado y reinterpretado según la época y la sociedad que lo identifica de forma disímil.
Esta amplia temática la desarrollaremos en este y en el siguiente capítulo.
PREGUNTA 203
¿Qué es el movimiento sionista?
El movimiento sionista es una reivindicación del carácter de nación del pueblo judío y de su derecho a una existencia soberana. Históricamente, los judíos siempre se han visto como una identidad compuesta. El pensador Mordejai Kaplan afirmaba que el judaísmo era “una civilización”.
Dicha civilización comprendía varios pilares: 1) Los judíos son y han sido un pueblo. Los descendientes del reino de Judea son los “judíos” mientras que los de Israel son “israelitas”; 2) Los judíos se manifiestan también como una religión; 3) Los judíos poseen una cultura similar o parecida en todas las comunidades del mundo; 4) Los judíos poseen una “memoria colectiva”. Consideran que son descendientes de los esclavos en Egipto, que sufrieron la Shoa o la Inquisición; 5) Poseen un idioma particular, el hebreo. En la Edad Media, por ejemplo, una persona judía que vivía en Barcelona no se presentaba como catalán, español o como un “ser humano”. El simplemente era un judío de Barcelona. ¿Qué era el judaísmo entonces? Una mezcla de esas cinco variables. A lo largo del siglo XIX se fueron cohesionando las identidades nacionales en Europa producto de la Revolución Francesa (cada ser humano posee derechos), la Revolución Industrial (surgimiento de una clase media) y la Primavera de las Naciones.
Los judíos sufrieron experiencias decepcionantes en Europa. A muchos de ellos se les prometió emancipación, más el antisemitismo en el viejo continente estaba demasiado enraizado. El sionismo no es otra cosa que el “Movimiento de Liberación Nacional del Pueblo Judío”. En otras palabras, es la filosofía que afirma que los judíos “también” son un pueblo y que, al igual que otros muchos pueblos del planeta, poseen el derecho a la autodeterminación. El deseo de los judíos es regresar a Sion, que es uno de los nombres de Jerusalén, su centro nacional y religioso.
PREGUNTA 204
Entonces, ¿qué es el antisionismo?
Es el rechazo a aceptar que los judíos son (también) un pueblo y que sus aspiraciones nacionales en la tierra de Israel (no necesariamente en toda) son legítimas. Hasta la creación de Israel (1948), el antisionismo era patrimonio casi exclusivo de los judíos. Existían tres posiciones antisionistas (ortodoxa, socialista y liberal) que tenían sus contrapartes sionistas: la religiosa nacional (para la cual la recuperación nacional era el comienzo de la redención), la del sionismo socialista (para quien el aporte al socialismo mundial se haría a través de una experiencia propia de construcción cooperativa) y la de los sionistas liberales y librepensadores, que entendían que para que los judíos se asimilaran genuinamente a los demás, debían hacerlo como pueblo y no diluyendo su identidad.
La primera y más contundente oposición al sionismo provino del mundo árabe e islámico desde la década del 20 y no desde la izquierda mundial. Durante las décadas del 50 y 60 Israel fue un emblema para los socialistas del mundo. El liderazgo árabe palestino, bajo la nefasta conducción del Mufti Hajj Amin Al-Husseini y otros, rechazó el derecho de los judíos a la autodeterminación. La izquierda ha ido aumentando sus críticas hacia Israel debido a las estructuras de las alianzas globales (con EE.UU. apoyando a Israel y las izquierdas alineándose con la Unión Soviética y en América hispana, con Cuba). Desde la rebelión de Berkeley (1964) y el Mayo Francés (1968), la Nueva Izquierda comenzó a atacar a Israel acusándolo de ser una “manifestación colonialista”, despreciando su identidad nacional y esto más allá de lo que hiciese o dejase de hacer el gobierno de turno de Israel (por entonces y hasta 1977, con gobiernos socialistas). Actualmente, quien antaño odiaba a los judíos encuentra en la demonización del Estado de Israel y del sionismo algo “políticamente correcto”.
PREGUNTA 205
¿Todos los judíos se identifican con el sionismo?
El notable pensador Abraham Infeld afirma que los cinco pilares de la identidad judía son: 1) La historia y la memoria judías; 2) La Halajá (la ley judía); 3) Los lazos familiares; 4) La lengua hebrea y; 5) El vínculo con la tierra de Israel. La gran mayoría de los judíos del mundo se sienten parte de la historia y las memorias judías, tienen lazos familiares y poseen un vínculo con la tierra de Israel. Es importante tener en cuenta que, para inicios del siglo XIX, los judíos fueron invitados a emanciparse en varios países europeos. La respuesta de los judíos no fue homogénea. Un grupo de ellos no se sentía identificado con la modernidad y por esta oferta “laica” por lo que optaron por rechazar la propuesta (de hecho, los ortodoxos judíos se visten de forma similar a cuando se produjo la oferta para recalcar su conservadurismo).
Una segunda respuesta fue la de muchos judíos, ansiosos por ser parte, despegándose de su identidad judía. Una tercera respuesta fue la de judíos que separaron su identidad nacional (pueblo judío) con la identidad religiosa. Muchos de ellos pasaron a identificarse como franceses / ingleses / alemanes de fe mosaica. Un cuarto grupo, decepcionado tras el fracaso de la emancipación, optó por la autoemancipación nacional que tomó cuerpo en el sionismo. En la actualidad, la mitad de los judíos del mundo viven en Israel y la mayoría de los judíos de la Diáspora siente una identificación y apoya la existencia de un estado para el pueblo judío en la tierra de Israel. Entonces, ¿los judíos poseen una doble identidad nacional? Efectivamente. Existe un nexo sentimental y una identificación nacional. En su mayoría, un judío se siente parte del pueblo argentino y también del pueblo judío. Lo mismo ocurre con un argentino-chino, argentino- italiano o un argentino-español.
PREGUNTA 208
¿El sionismo fue un invento del colonialismo para ocupar “Palestina”?
Una aclaración importante: los judíos europeos utilizaron durante años el término Palestina imitando a sus pares europeos. Durante los días del Imperio mameluco en Israel (1260-1517) o el otomano (1517-1917) el término “Palestina” no se utilizaba pues se trataba de una denominación europea.
Durante el Mandato Británico de Palestina (1920-1948), la Sinfónica Nacional de Palestina o el periódico Palestine Post, por ejemplo, eran instituciones judías. Si una persona buscaba en la Enciclopedia Larrousse (1938) la bandera de Palestina… ¿adivine qué se encontraba?
El sionismo no fue un invento de los ingleses o las potencias para dividir al mundo árabe, como todavía creen muchos. Sin embargo, recibió el apoyo de la potencia británica especialmente durante la Primera Guerra Mundial por una serie de razones y no por simples motivaciones “colonialistas”. Los factores fueron: 1) Fieles cristianos que consideraban que se acercaba la llegada del Mesías y este debía ser recibido en la renacida tierra de Israel, con el pueblo judío habitando en ella. Profundos sentimientos religiosos que podemos constatar entre Templarios alemanes o gobernantes como el primer ministro Lloyd George; 2) Real Politik y prejuicios antisemitas: los británicos deseaban mantener en la guerra a los rusos e introducir a los norteamericanos y suponían que los judíos tenían una fuerza desproporcionada para hacer lobby en ambos países a favor de los intereses británicos.
Los británicos también realizaron promesas a los árabes (por ejemplo, la correspondencia entre Mac Mahon-Hussein de 1915). Los judíos decidieron traducir esas promesas en acciones para efectivizar sus deseos nacionales. La afirmación que el sionismo es sinónimo de colonialismo pretende borrar de un plumazo la historia de un pueblo formado varios cientos de años antes que el de quien suele acusarlo de ser una manifestación imperialista. La intención del demonizador es transformar al pueblo judío en un grupo artificial.