La instalación del monolito de un candelabro judío en la costanera de Puerto Montt, causó polémica en el mundo político de la región de Los Lagos. El senador Ivan Moreira de la UDI cuestionó la autorización del Ministerio de Vivienda con un discurso de odio, descalificando al tradicional candelabro de los 9 brazos llamado “Januquiá” un “simbolo de la muerte”.
DECLARACIÓN PÚBLICA:
Hoy se ha producido en nuestro país, quizá uno de los hechos de mayor intolerancia, gravedad y desprecio por la libertad de culto de nuestra historia reciente. Un senador en ejercicio, ha cruzado todos los límites de lo moral y jurídicamente aceptable.
El senador Iván Moreira (UDI) ha realizado agraviantes y ofensivas declaraciones en la plataforma X, calificando como un “emblema de muerte” a una Janukiá (candelabro) instalada por el Consejo de Pastores Evangélicos de Puerto Montt en la costanera de esa ciudad.
Este especial candelabro, es un símbolo religioso que representa la luz y la esperanza y que se enciende durante Janucá, festividad judía que se celebra desde el año 164 A.C. y que suele caer cerca de la Navidad.
La Janukiá no tiene connotación política alguna y su instalación fue debidamente autorizada por todos los organismos pertinentes, en el marco del respeto a la diversidad cultural y religiosa que caracteriza a nuestra nación. Este año, Janucá se celebra en la misma fecha que Navidad, y no vemos críticas a si se coloca un pesebre o una cruz y esperamos que jamás existan.
Chile es un país democrático y laico, con libertad de culto donde conviven en paz y con respeto todas las religiones. Agresiones como los del senador Iván Moreira constituyen una expresión abierta de antisemitismo e intolerancia religiosa que lo único que busca es incitar al odio y la discriminación. Asimismo, sus declaraciones repugnan las bases de nuestra democracia y las garantías contenidas en la Constitución Política de la República.
Resulta gravísimo que un senador de la república, cuya responsabilidad es promover la convivencia y el respeto entre todos los ciudadanos, fomente discursos de odio y busque deslegitimar una expresión genuina de una religión. Comentarios como “que el diablo metió la cola en Puerto Montt” no solo vulneran la dignidad de los judíos de Chile sino también los valores esenciales que sostienen la convivencia pacífica que caracteriza a nuestro país.
Ejerceremos las acciones legales necesarias para exigir las responsabilidades por esta conducta que busca restringir la libertad de culto en Chile. Este es un derecho fundamental en cualquier democracia, y como chilenos lo defenderemos como un valor inquebrantable, utilizando con firmeza todas las herramientas que el Estado otorga a sus ciudadanos cuando sus derechos son amenazados o vulnerados.
Historia:
La Janucá, también conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias y antiguamente como la Fiesta de las Lámparas, es una festividad judía que conmemora la reedificación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos contra el Imperio seléucida. Celebrada durante ocho días, la festividad de Janucá data de la época de la hegemonía helénica en el levante mediterráneo (más concretamente, en Judea), que comienza con las conquistas de Alejandro Magno el año 332 a. C.
Tras su muerte, el vasto imperio quedó en manos de sus generales — que entraron en conflictos bélicos entre sí —, por lo que siglos después los griegos seléucidas pretendieron hacerse con el dominio de la región, como puede leerse en los libros de I y II Macabeos, donde esta festividad conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos de la dinastía de Seleuco y la posterior purificación del Segundo Templo de Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C.
La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, de forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá.
La festividad se celebra el 25 de Kislev del calendario judío, fecha que cae entre finales de noviembre y principios de diciembre del calendario gregoriano, aunque en 2019 fue a final de diciembre.
Los macabeos se rebelaron con éxito contra el rey seléucida Antíoco IV Epífanes. Según el Talmud, el templo fue purificado y las mechas de la menorá ardieron milagrosamente durante ocho días a pesar de que sólo había aceite suficiente para la iluminación de un solo día.
En paralelo un grupo de judíos conocido como los macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi’ín, comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran minoría contra el ejército griego, sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de Janucá: ganar pocos contra muchos.