Decenas de miembros del personal de las escuelas del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) en la Franja de Gaza eran miembros activos de las ramas militares de Hamás y estaban nombrados como combatientes en documentos internos y recibían armas del grupo terrorista, según un informe del New York Times.
Las fuerzas israelíes confiscaron numerosos documentos de las oficinas de Hamás en la Franja que indicaban claramente que al menos 24 administradores y profesores en la nómina de la UNRWA eran operativos de Hamás.
Varios habitantes de Gaza, hablando de forma anónima, confirmaron al Times que era ampliamente conocido que muchos empleados de la UNRWA estaban afiliados a Hamás o eran miembros activos del grupo terrorista.
A menudo se veía a un profesor vestido con el uniforme de Hamás después de dejar su puesto en una escuela de UNRWA.
Un vistazo rápido a los perfiles de redes sociales de muchos de los mencionados en las listas muestra un apoyo abierto a Hamás, incluidas publicaciones de pancartas de los grupos terroristas.
Khaled al-Masri, el director de la escuela, es un operativo de Hamás a quien el grupo terrorista le entregó una pistola y un rifle de asalto, según el informe del Times.
Pero a pesar de la amplia evidencia de que Hamás se infiltra en las escuelas de la UNRWA, la agencia de la ONU no ha tomado medidas para expulsar a los terroristas de su nómina.
“La ONU no ha podido o no ha querido eliminar de sus filas a los militantes de Hamás y a sus partidarios, así como a los de otros grupos terroristas”, dijo al Times James Lindsay, quien se desempeñó como asesor general de UNRWA hasta 2007.
“Las prácticas de contratación de UNRWA y la composición de la fuerza laboral de la que UNRWA extrae a sus empleados me sugieren que las cifras de las que hablan los israelíes probablemente sean bastante cercanas a la verdad”.
En una declaración lacónica, el comisionado general de UNRWA, Philippe Lazzarini, afirmó que la organización no tiene recursos para realizar verificaciones de antecedentes exhaustivas de sus empleados.
También señaló que era “extraordinariamente interesante” que Israel compartiera los documentos con la prensa, en lugar de con la UNRWA.
Lazzrini no reconoció que la UNRWA ha rechazado sistemáticamente la evidencia de terrorismo dentro de la organización, cuando Israel le presentó esa información.
Después de que se les mostraran imágenes de empleados de UNRWA arrojando el cadáver de un israelí asesinado a un vehículo durante el ataque terrorista del 7 de octubre, la organización sólo atinó a decir que algunos de sus empleados “podrían” haber estado involucrados con Hamás.
“La ONU parece decidida a presentar este problema como unas cuantas manzanas podridas, en lugar de reconocer que el árbol está podrido”, dijo Amir Weissbrod, subdirector de organizaciones internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, al Times.
Hamás se ha negado a hacer comentarios sobre el informe.