Las negociaciones para un posible acuerdo de rehenes con Hamás han llegado a etapas avanzadas y están siendo finalizadas por los negociadores en Doha, dijeron dos funcionarios israelíes.
Si bien no se han firmado acuerdos finales, han salido a la luz detalles clave del acuerdo emergente.
La fase inicial del acuerdo incluye la liberación de 33 rehenes, clasificados según criterios “humanitarios”. Entre ellos se encuentran todas las mujeres, hombres y mujeres soldados cautivas mayores de 50 años y hombres cautivos menores de 50 años que puedan estar gravemente enfermos. A cambio, Israel liberará a cientos de terroristas, incluidos algunos con “sangre en sus manos”, según dijo un alto funcionario israelí a los medios israelíes.
Por cada mujer soldado liberada, 50 terroristas serán liberados. Sin embargo, entre ellos no estarán los implicados en la masacre del 7 de octubre, y los terroristas no serán deportados a Judea y Samaria.
El acuerdo también incluye un alto el fuego de 42 días, durante el cual las FDI mantendrán su presencia en Gaza, con zonas de seguridad establecidas, en particular a lo largo del Corredor Filadelfia. Las conversaciones para una segunda fase de rehenes y un posible alto el fuego a largo plazo comenzarán el día 16.
Entre los temas clave que se prevé abordar en las negociaciones posteriores figuran la reconstrucción de Gaza y las conversaciones sobre los cambios en la gobernanza en la Franja. Según se informa, las recientes acciones militares y estrategias políticas israelíes han llevado a Hamás a adoptar una mayor flexibilidad en las negociaciones.
La fuente también subrayó que Israel no transferirá el cuerpo de Sinwar, el líder eliminado de Hamás, a la organización como parte del acuerdo. Yayha Sinwar vivió gran parte de su vida adulta (más de 22 años) en prisiones israelíes. Salió de la cárcel en 2011 como parte de un acuerdo por el que 1.027 prisioneros palestinos y árabes israelíes fueron liberados a cambio de un solo rehén israelí, el soldado Gilad Shalit.
Se esperan más novedades a medida que continúen las negociaciones.
A medida que surgen detalles sobre el acuerdo pendiente sobre los rehenes, aumentan las críticas, y algunos lo etiquetan como un error “Shalit 2.0”, una referencia a la liberación en 2011 de 1.027 prisioneros a cambio de un solo soldado israelí, Gilad Shalit, uno de esos prisioneros siendo Sinwar, el cerebro detrás del 7 de octubre. Los críticos argumentan que liberar a terroristas de alto riesgo, incluidos aquellos con “sangre en sus manos”, a cambio de rehenes humanitarios podría envalentonar futuras tomas de rehenes y socavar la seguridad.