Un mes después de la caída de Bashar Assad, las fuerzas rebeldes siguen descubriendo almacenes ocultos que una vez alimentaron al narcoestado sirio.
En una fábrica de chips abandonada cerca de Damasco, las fuerzas rebeldes encontraron pastillas, materiales de embalaje y equipos especializados para producir captagon. Apodada la “cocaína de los pobres”, el captagon es una anfetamina altamente adictiva que aportó miles de millones de dólares a las arcas de Asad.
Según Associated Press, el tráfico de captagon en Siria generaba unos 5.600 millones de dólares anuales, y Arabia Saudita era el principal destino. Protegidas por muros de hormigón y años de silencio del régimen, las fábricas de captagon de Assad ocultaban hábilmente las drogas en todo tipo de objetos, desde muebles de madera hasta frutas de plástico decorativas.
Sin embargo, antes de convertirse en la droga preferida en Oriente Medio, el captagon comenzó a ser un medicamento alemán legítimo en la década de 1960. Los médicos lo recetaban para todo, desde la depresión hasta el TDAH, y lo comercializaban bajo el nombre químico de fenetilina. Pero en la década de 1980, los países europeos comenzaron a prohibirlo después de darse cuenta de lo adictivo que era. Fue entonces cuando Assad vio una oportunidad y lo contrabandeó desde Europa del Este hacia Oriente Medio durante la década de 2000.
Aunque la caída de Assad ha paralizado el imperio sirio del captagon, los funcionarios de la ONU advierten que los traficantes experimentados simplemente se adaptarán. La oficina antidrogas de la ONU considera que Irak está maduro para convertirse en el próximo gran centro de tráfico, ya que se encuentra en una encrucijada perfecta para las rutas de contrabando. Las autoridades iraquíes interceptaron 4,1 toneladas de captagon en 2023 y, lo que es aún más preocupante, las tasas de adicción se han disparado: ahora hay el doble de personas que luchan contra los problemas de las drogas en Irak en comparación con hace apenas unos años.
Mientras tanto, las autoridades internacionales siguen buscando a Maher al-Assad, el hermano menor del ex dictador que comandó tanto la temida 4ª División Blindada como la extensa red de tráfico de drogas del régimen. Las autoridades francesas emitieron una orden de arresto contra Maher en noviembre por cargos de crímenes contra la humanidad, mientras que informes contradictorios lo ubican en Rusia o en los Emiratos Árabes Unidos.