En el ranking de donantes a universidades norteamericanas, realizado por Michael Bard,
Qatar encabeza la serie con U$S 5.177 millones, seguido por Arabia Saudita con U$S 2.977 millones, los Emiratos Árabes Unidos con U$S 1.289 millones y Kuwait con 1.177 millones.
A cambio de recibir mucho dinero de países árabes, las universidades de USA comenzaron a aceptar la sugerencia de abrir cátedras y centros de promoción islámica, en los que se incorporaron muchos profesores radicalizados, que desde el 7 de octubre fueron la vanguardia de las expresiones de judeofobia universitaria.
Ese antisemitismo se encontró con autoridades que toleraron en gran medida prédicas públicas de odio, e incluso actos de violencia contra estudiantes judíos.
El lubricante financiero, los contratos y los compromisos a largo plazo y la dependencia explican esa postura.
Un estudio de NCIR indica que, entre 2015 y 2020, en las universidades que recibieron más donaciones, los incidentes antisemitas crecieron un 300% respecto a las universidades que no aceptaron donaciones, contratos y dádivas.